De fondo, el sonido del mar.

Mi peso ligeramente hundido en la arena, agradece el calor que irradia el Sr. Lorenzo.

Con cada sutil movimiento, la arena masajea mi espalda. Transportada al más allá, despierto de mi momento de trance. Hace años, justo en ese instante, pensaba en el «chico que me gusta». Hoy, pienso en nosotras y en la forma en que estamos conectadas. Me acerco a la orilla y lo lanzo: mensaje en una botella. Te acaba de llegar. ¿Qué te gustaría leer?… piénsalo…

Este es el contenido de mi nota, algo que he aprendido a decir gracias a mis grandes y maravillosas amigas latinoamericanas:

TE QUIERO.

Y sonreímos juntas…

Refrán
A buen entendedor, pocas palabras bastan.

Brindis
Mira al cielo y veras tu mensaje perfilado en las nubes. Dedicado a ti.