Tomarnos el tiempo de conocer a las personas, nos facilita la existencia.
Cuando uno conoce sus capacidades y su limitación, encuentra una cómoda armonía de vida.
Cuando uno conoce las capacidades y limitaciones del otro, no hay conflicto.
En ocasiones podemos bloquearnos pidiéndole a la otra persona que cambie porque lo que le pedimos es fácil, bajo nuestro criterio. Pueden pasar años. Los mismos años que, sin darnos cuenta, hemos «perdido», quejándonos y reclamando algo que no llegará, porque nuestra «fácil» petición, está en el departamento personal de ciencia-ficción de la otra persona.
Refrán
No se le pueden pedir peras al olmo.
Brindis
Por la flexibilidad, tolerancia, capacidad de ver y de cambio.
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