Todos y cada uno de nosotros somos un foco de inspiración para otros. Todos.

¿Cuáles son los grandes valores que aprecias en otras personas?

¿Os parecería bien que hiciésemos un plan semanal?

Esta semana vamos a enfocarnos en la honestidad. En la decencia.

Por ejemplo.

¿Si trabajas para un Ayuntamiento y te vienen a solicitar, como responsable del departamento en cuestión, la compra de unos terrenos públicos con el favor de “arreglar” el precio a cambio de una sustanciosa cantidad para ti, que dirías?

1. Bueno, acepto el trato, pero que no salga de aquí, ¿eh?
2. ¡Claro, si no lo hago yo, lo va a aceptar mi compañero, pues prefiero ser yo el que se haga la casa más grande!
3. Absolutamente no! De hecho, solo la pregunta en sí, es digna de denuncia (…)

Ojalá el planeta entero pusiera en práctica la respuesta número 3.

Seamos honestos. En primer lugar, con nosotros mismos. Para poder reforzar nuestra integridad y no flaquear ante las tentaciones socio-culturales. Y con los demás. Siempre.

El mundo está alborotado. Caminemos juntos hacia un universo de bondad.

Un abrazo muy honesto,

Luisa