En momentos clave en los que hervían las ganas de criticar, un conocido decía: «esto no es criticar, esto es referir». Pues vamos a referir un rato…

Hace unos meses (bastantes), iniciamos el proceso de remodelación de una casa. Cuando conocimos al contratista, nos pareció una persona amable y con ganas de trabajar. Un joven que tomaría nuestro proyecto con ganas y energía constructiva, literalmente.

No fue así. Desde el comienzo vimos algunas irregularidades en el proceso: incumplimiento de tiempos, ausencia de comunicación (empezó a no contestar mensajes e incluso a ser extremadamente maleducado cuando lo hacía) y varias incidencias más. Curiosa e irónicamente, después de esas tormentas, volvía a «aparecer» como si nada hubiera ocurrido.

En el siguiente episodio, se descubrió que pretendió inflar los precios. Sobre los precios pactados originalmente, cargaba un alto porcentaje que suponían miles de dólares por encima del precio cerrado inicialmente.

Un perfil inestable emocionalmente, controlador e irritable, combinado con un perfil amable y empático, aparente y puntualmente.

No estamos aquí para diagnosticar a nadie. Pero no debemos dudar en cerrar un contrato o salir de relaciones o ambientes cuando las señales indican que el camino correcto es otro.

Honrando a los ángeles en la tierra.

En un momento del proceso, el susodicho contrató a una persona para ayudarle con la parte administrativa/otros. Una mujer joven, inteligente, eficaz, resolutiva y con una gran visión. Ella sola hubiera podido acabar el proyecto. Sin embargo, por mucho esfuerzo que se ponga en evolucionar y progresar, si topas con un muro que no te permite avanzar, quedas bloqueado. ¡Gracias S. M. por tu buen hacer!

Recordemos cambiar de camino cuando la brújula así interna lo indica 💚.

U abrazo constructivo,

Luisa

La intención de este blog es unir a todas las personas del universo que crean en la bondad. Hacer el bien, sienta bien.

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