En ocasiones, el ser humano me confunde.
Todos conocemos historias sobre adolescentes que preocupan a sus padres. Jóvenes que siguen el calendario fisiológico buscando cubrir las necesidades primarias de atracción en horario nocturno, cuando todos piensan que descansan plácidamente en los brazos de Morfeo. Jóvenes tentados por la curiosidad, que sienten la necesidad de probar sustancias que les hagan sentir sensaciones más intensas o que quieren «quedar bien» con su grupo de amigos. Jóvenes que quieren mostrar que son los reyes de la carretera sobrepasando de revoluciones el cuentakilómetros… y la lista de «a-burro-lescencias» continua…
Todos sabemos, seamos padres o no, que estas cosas ocurren. Que llegan, preocupan y en la mayoría (desafortunadamente, no siempre) de los casos, quedan en una historia que esos mismos adolescentes explicarán a sus nietos.
Basado en hechos reales:
Un joven es el protagonista de uno de los episodios arriba mencionados.
Su madre, María, se encuentra en un evento con Isabel, la madre de otro adolescente amigo suyo con quien había compartido travesuras.
Los dos adolescentes habían hecho planes para quedar, pero Isabel, considerando que el hijo de María era el precursor de las travesuras, no lo permitió. Los chicos estaban frustrados porque no entendían, ya que entre ellos comenzaba a crecer una bonita amistad.
Por otras circunstancias, Isabel había invitado un monje budista a hacer una presentación en un colectivo para la empresa con quien está relacionada.
Ahora, solo supongo y asumo, que la charla impartida por el monje tenía un contenido espiritual, con gran carga defensora de los valores humanos.
¿Entonces?… juzgo a un adolescente por sus travesuras al tiempo que imparto clases de cómo alcanzar el Nirvana, restringiendo nuestros apegos, nutriendo la disciplina y practicando meditación?
En ocasiones, el ser humano me confunde.
Lo más interesante es que seguramente todos, en mayor o menor medida, hemos sido, somos y seremos María o Isabel.
Un abrazo marista o isabelista, tú eliges,
Luisa
Recordad que tenemos página de FB: Constelación de Mujeres.
El cometido de este blog es conectar a todas las mujeres del mundo, y hombres que nos quieran acompañar, que crean en un mundo basado en las buenas acciones.
Yo os voy contacto historias pero esta página de vida es de todas: cuéntanos, inspíranos, acércanos.
La coherencia entre lo que predicamos y lo que practicamos es una busqueda incesante para creer .
Que tema tan dificil de abordar «la adolescencia «. A pesar de.que no tengo hijos fui hija fui adolescente y vivo la experiencia de mis amigas y sus hijos adolescentes. Realmente es una etapa en la que necesitamos mucha atención y debemos comunicarnos desde temprana edad. Pero es admirable el trabajo de.los padres. Agradezco que mis padres me enseñaron valorares y a Dios por darme sabiduría e inteligente para no caer en tentaciones.
Luisa siempre leo tus pensamientos, que me encantan!!, pero tengo una pregunta: ¿Puedo yo escribir los míos para que me ayudéis o aconsejéis?
Difícil saber qué es lo mejor para los hijos. A mí, lo que más me ha funcionado es tener buena memoria, porque to también fui adescente e hice cosas de adolescente. A partir de ahí, he dado por supuesto que mis hijos también tratarían de hacer sus travesuras. No es que me guste, pero es una realidad, casi todos los adolescentes pasan por eso. Así que lo hablamos abiertamente. Hasta ahora he tenido suerte. No me han dado grandes sustos y me comparten información. Lo que pasará mañana, nunca se sabe. Mi idea es seguir hablando con ellos, explicarles mi punto de vista y mis temores y esperar que entiendan la lógica.