Hola estrellas,

Hace un tiempo que voy teniendo pequeños percances hogareños. Igual me podéis ayudar a discernir cuál es su significado.

Limpiando una copa de vino a mano, quería llegar hasta el fondo para dejarla limpia-reluciente, y al girar la esponja dentro de la copa (con mucha suavidad), un trozo de cristal del borde superior se rompió en seco dibujando una boquita sonriente en el lateral de mi querido meñique derecho. Fue un corte profundo y tuvimos que hacer una rápida intervención con «superpegamento» (la casualidad de tener un amigo médico en casa).

A los pocos días, un tornillo de la parte inferior del lavavajillas se aflojó, dejando parte del «zócalo» de acero inoxidable algo suelto. Estando yo por esa zona, en un frotar/masajear el mármol/mostrador superior al lavaplatos, mi tobillo tuvo a bien chocar como «bailando el bimbo» de Georgie Dann, con la plataforma inferior, y me dejó un recuerdo amoratado del que aún se visualizan pruebas.

A los pocos días, toda hacendosa yo, estaba limpiando una cuchara grande de cerámica que hay siempre junto a la zona de fogones. La típica donde reposas el cucharón mientras cocinas/catas la comida. En la base, tenía un ligero defecto de fábrica (hecha a mano). Una puntita minúscula no estaba igual de pulida que el resto de la superficie. Esa mota extra, saludó alegremente a mi dedo corazón, junto a la uña. Fue un corte-caricia, pero en un área tan sensible, que llevo el dedo como una niña de cinco años, con una tirita y ligeramente inclinado respecto al resto de sus compañeros de mano. Y es el dedo corazón, como os decía… «hasta aquí puedo leer»… os aseguro que no es mi intención ir insultando a la gente por la vida.

A los pocos días, voy caminando deprisa por la casa, casi al trote, y en un mal cálculo de distancias, atropello el lateral de una sólida silla. Después del grito huracanado y unos cuantos insultos al aire, continué mi ruta, haciendo repaso mental de las aventurillas que están a punto de galardonarme con el nombre de «La Pupas».

A los pocos días, escribí este texto…

¿Qué me dicen todas estas señales? ¿Qué pensáis que debo hacer?
1. Jubilarme para siempre del oficio de limpieza (estaría difícil el asunto).
2. Aceptar que estoy entrando en la fase de «Sejuela». «Se jué la juventud»… ¡y cada día está más torpe señora! … Nooooo, ¡esta no pienso aceptarla!

Me quedo con la 1. … Alguna idea de, ¿cómo iniciar este proceso?

¡Nada nos va a hacer reducir ni un ápice nuestro optimismo y alegría! Hoy puede ser un gran día, plantéatelo así… Lo dice también Joan Manuel Serrat. Aquí os dejo la canción…

Un abrazo entrelazado donde cabemos todas,

Luisa