Hubo tiempos en los que los tesoros rescatados del fondo del mar, o el petróleo, un descubrimiento arqueológico o un viaje a la luna, eran noticias impactantes y material de incalculable valor.
Eran otros tiempos… Ahora, el producto más preciado, es una prueba rápida de antígenos para hacer en casa. ¡Qué nervios estar delante del bendito test a esperar resultados! Te dicen que esperes unos 15 minutos, pero a los segundos ya van apareciendo… Tú quieres ver solo una rayita, que indica resultado negativo, No quieres ver las dos rayitas. No, no, ¡no!, porque eso indicaría un resultado positivo. Y que sea un resultado positivo, implica que se lo tienes que contar a toda la gente con la que te has cruzado en las últimas bastantes horas. Y así, tu vida y tus resultados quedan aireados en tu círculo más cercano, con el añadido «corre, ve y dile». En fin, que ser positivo, te convierte en noticia estrella durante un breve período de tiempo. Hasta que un miembro de tu propia familia, o incluso tu mejor amigo, te quitan el protagonismo. ¿Será posible? ¡Qué atrevidos!
Pero ¡ey!, no nos desenfoquemos. Aquí el tema era reconocer lo afortunada que eras por tener una prueba en casa. Nuestras progenitoras tocaban en un momento de apuro a la puerta de la vecina para pedirles un paquete de harina prestado. Ahora, no se te ocurra llamar a la puerta de nadie, especialmente si sospechas que eres positiva. Tú, muy propia, lo que debes hacer, es enviar un mensaje masivo a todos los grupos de WhatsApp, preguntando si alguien tiene por casualidad una dichosa prueba rápido extra. Siempre habrá quien se convierta en tu equipo salvavidas, como el buen peregrino que le presta su última tirita a otro caminante en apuros. Y así, en esa cadena de generosidad, tú le entregarás a algún otro peregrino tu tan cotizada prueba.
Un abrazo negativo. No positivo. Qué lío… bueno, ya sabes lo que quiero decir 🙂
Luisa
La intención de este blog es unir a todas las personas del universo que crean en la bondad. Hacer el bien, sienta bien.
Me encanta esta idea!si todas las personas nos uniéramos para hacer algo bueno, estaríamos contribuyendo con un granito de arena por una sociedad llena de paz, amor, solidaridad y mucho más empatíca, donde se valore la vida y el saber vivir como hermanos!