Qué curioso el tema de la «transportación». Del viaje a los recuerdos, a vivencias pasadas, a través de un olor o un sabor.
Hoy he ido a llevarle unos cafés a una amiga y su familia. Estando en la cafetería (no el Bar Paco, sino una sucursal de una cadena internacional), hago el pedido. Mientras espero, leo la siguiente señal: Ya está aquí el «pumpkin spice latte» (latte de especias de calabaza). No he podido evitar la sonrisa en mis labios. Me encanta ese café, que no sabe a café, que está desorbitadamente dulce y que, según como, me cae como una piedra en el estómago. Pero la sensación tras la lectura del título del susodicho latte, me ha transportado a entrañables momentos de invierno con amigas y rica conversación.
Este texto es para reconocer que he sido víctima del marketing. Hoy, principios de septiembre, hace un calor sofocante. Además, ha llegado de visita con su acompañante, una prima hermana por parte de su padre, llamada Humedad Relativa Cienporcien. Es decir, que no era el día para tomarme ese latte dulzón que según como me cae como una piedra en el estómago, sino para tomar un agua condimentada con hielo. Pero la tentación ha sido mayor. Vuelvo a hacer cola, pido el «pumpkin spice latte» y salgo con el pedido al completo hacia mi coche. Nada más abrir la puerta para salir, doy un sorbo al rico y ardiente latte, al mismo tiempo que el calor y su prima hermana por parte de su padre me dan un abrazo asfixiante borrando al «ipso facto» el romanticismo asociado al momento latte.
Pero el marketing ya había hecho su efecto y el latte estaba a punto. Así que la solución ha sido crear un invierno rápido. He puesto el aire acondicionado a tope y en unos momentos, se ha creado un microambiente polar. ¡Ahora sí! Que rico mi «pumpkin spice latte», que no sabe a café, que está desorbitadamente dulce y que según como, me cae como una piedra en el estómago.
El trayecto hasta llegar a mi destino era corto, así que el resto de cafés han llegado a la temperatura ideal. Ojalá hayan podido tener un amable momento «latte».
Un abrazo sin distancia,
Luisa
La intención de este blog es unir a todas las personas del universo que crean en la bondad.
Hacer el bien, sienta bien.
Me encanta que hables sobre la memoria sensorial. Me incitaste a mí a recordar mis aromas preferidos. Es impresionante como el cuerpo puede vibrar por dentro sólo a través de la memoria olfativa. Bienvenidas las formas de recordarnos que vivimos y que sentimos, incluido el marketing si es para un buen fin.
Indudablemente el marketing nos juega malas pasadas y nos lleva a donde él quiere. Pero los olores o fragancias nos transportan a ratos agradables, oa personas o a nuestra niñez. Me encantan las fragancias que inspiran recuerdos. Excelente relato Luisa. Abrazos con aroma de pumpkie latte.
Que maravilla que puedas plasmar en unas lineas tus maravillosos recuerdos y al mismo tiempo vivir el presente. Gracias por compartir
Buenos días, que maravilla poder plasmar los recuerdos en unas lineas que te inspiran al instante por el pasado hasta el presente, te felicito. Que tengas un maravilloso día.
Cristina
Me encantó! Muestra más de que nuestras emociones dirigen nuestras acciones. Y eso lo saben bien los marketeros 🙂
Me encantó! Muestra más de que nuestras emociones dirigen nuestras acciones. Y eso lo saben bien los marketeros 🙂
Qué maravilla de relato!!! Me siento muy identificada! Víctima del marketing del Starbucks al 100%!! Me encanta como me transporta a esos momentos de los que hablas y los kilos de azúcar ya… ni te cuento!!!!
Y que rico ese Momento …. el de poder disfrutar asi sea con ese ambiente creado de Invierno tu Rico Pumpkin Latte.
Es increíble que a veces los olores y sabores te lleven a otros tiempos vividos.
Tomaremos Pumpkin Latte
Que rico, y tan real como si estuviéramos ahí de nuevo, recientemente me paso con un labial, fui a una tienda y de casualidad compré un labial y cuando lo usé supe que era de la misma marca que el que me había regalado mi mamá 20 años atrás, estaba en la universidad era tan Feliz mi única preocupación era graduarme. Recordar es volver a vivir. Gracias por esos olores que nunca se irán.