Respuesta a María Elena…

El Camino de Santiago fue una experiencia extraordinaria. Os comparto una pequeña-gran historia…

Un día tenía una ampolla en el pie. Me detuve, me descalcé y me estaba intentando «curar», cuando alguien se paró y me dio la última «compresa especial para ampollas» que llevaba. Le dije: ¡es la última que tienes! ¿Y si la necesitas más adelante?… Y me respondió: no te preocupes, alguien en el camino me prestará otra…
¡Gracias peregrino!

Así debería ser siempre en el peregrinar de la vida…

Ahora mismo Constelación de Mujeres tiene estrellas de muchos países distintos y de muchos lugares diferentes, dentro de un mismo país… ¿Te gustaría compartir algo de tu tierra?

Un poquito de mí:
Me encanta el «Pa amb tomàquet» con embutidos y un buen vino tinto… ¡capricho de Dioses!
Me encanta perderme por las calles del casco antiguo de Barcelona… ¡mi querido Born!… quizás algún día podamos tener el primer Congreso de Constelación de Mujeres en mi bella ciudad, en la Ciutat Vella…

Esta semana he hablado con algunas de vosotras para comentar qué os parece nuestra intersección (blog). Los comentarios son positivos y alentadores para una continuidad conjunta. Cuando pregunto el por qué no hacéis la adición de «un poquito de ti», la mayoría de las veces la respuesta es la falta de tiempo. Si yo no fuera yo y me hicierais esa pregunta, probablemente contestaría lo mismo.
El tiempo, que pasa por nuestro lado pasado de revoluciones. El tiempo, que no ha aprendido a ser flexible, obligándonos a calzar más actividades por día de las que en realidad puede albergar. El tiempo, que, con su rigidez perpetua de 60 minutos por hora, nos recuerda constantemente que él no puede cambiar, pero nosotros sí. Gracias Sr. Tiempo, por ser consistente en tu comportamiento y mostrarnos hora a hora, día a día, que llevamos toda la vida conviviendo contigo y aún no hemos aprendido a conocerte, a gestionarte, para llegar a esa relación de equilibrio perpetuo que nos aporta bienestar. Espero que, en poco tiempo, aprendamos la lección. Grandes ejecutivos y ejecutivas (de multinacionales o del hogar), juguemos con nuestros hijos, cerremos los ojos (no si vas conduciendo) y soñemos despiertos, disfruta de una puesta de sol y del olor a tierra mojada…

Gracias por permitirme entrar en la cajita de correos recibidos o saludaros desde Don «Caralibro». Sois parte de mi vida. Por alguna misteriosa razón, cada semana, aun ante la falta de tiempo, me siento ante el teclado para mantener viva nuestra relación. Sé que te falta tiempo, así que ya no espero un comentario, solo regálame una sonrisa…

Algún día alguien continuará nuestra andanza… un camino de estrellas, invadiendo el planeta de bondad, con b. Ya veréis, tiempo al tiempo…

El especial el día: Un abrazo con olor a canela.