¿Qué nos apetece compartir hoy? ¿Qué tal un rico mate argentino? Debo confesaros que no lo he probado nunca.
Si me dejo llevar por la imaginación me gustaría tomármelo con Eduardo Sacheri, el autor de esta dura y dulce novela. Me gustaría preguntarle cómo es capaz de conmover narrándonos la historia de Sofía y Lucas, un padre y una hija adolescente ( creo que ya os he hablado de mi debilidad por los libros protagonizados por niños y jóvenes).
Entre sorbo y sorbo (se toma a sorbos, ¿no?) le contaría la sana envidia que me provoca que alguien de mi edad haya escrito novelas tan magníficas, y sea capaz de hacerlo sin estridencias, sencillamente, acariciando el corazón.
Aprendí vocabulario porteño, o gaucho, o rioplatense, no lo sé.
Sólo sé qué emocionar con las palabras lo consiguen magos como Eduardo Sacheri.
Y que se llora igual en cualquier lengua.
Si lo leéis, espero vuestros comentarios. Y si sabéis cómo tomar mate, espero vuestros consejos.